Cali

   Destino a la frontera con Ecuador, nos paramos en Cali. Esta vez el alojamiento costó encontrarlo más de lo normal, sin poder montar en bus (por no tener "la tarjeta") nos pusimos a caminar con las mochilas en busca de un hostel, unos 3'5km. El esfuerzo mereció la pena porque encontramos "El Patio", el mejor hasta el momento y barato! 

     Una vez más recorrimos la ciudad a pie, visitamos la estatua de Belalcázar, con buenas vistas, la iglesia y parque de San Antonio, el Boulevar, la Alameda y su gran mercado, la estatua de Jovita, etc.

 Jovita

 Parque de los gatos

    Dejamos para la mañana siguiente  lo mejor, el cerro de las Tres Cruces. Una caminata de una hora y cuarto dura, por caminos empinados y de barro... sudamos la gota gorda!

(La mejor cara quedó por el camino)

Vista panorámica desde Tres Cruces

  También conocemos su gastronomía, probamos cosas deliciosas como la lulada(un jugo de lulo,algo así como un caqui con sabor a kiwi), el aborrajado (plátano maduro relleno de queso) o la marranita que es muy buena para el colesterol (fritura del plátano verde relleno de chicharrón, que es panceta con grasa mayormente).

Frijolada con chicharrón

     No podíamos irnos de Cali sin "rumbear", los caleños son los maestros de la salsa! Así que esa noche nos fuimos de "discoteca". La verdad es que bailan genial, el que más y el que menos puede dar clases, pero si quieres ir tan solo a mirar, vete entre semana, porque el fin de semana está lleno y aunque todos bailan... siempre queda alguno sin bailar para cuidar la mesita. Nos llama mucho la atención que la gente se compra en la barra la botella entera para beber y van haciendo rondas de chupitos y no cubatas.

    En fin, merece la pena una parada en Cali, que aunque es una ciudad más como otras tantas, ofrece variedad gastronómica y cultural.


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