De Colombia a Ecuador

   Colombia se acaba para nosotros, nuestras últimas paradas Popayán y Pasto. 

Popayán, la ciudad blanca, pequeñita y con muchos trazos hispanos por todo el casco histórico. Desafortunadamente, la lluvia nos acompañó durante nuestra estancia y no pudimos disfrutar todo lo que hubiéramos querido. 

    De ahí a Pasto, una caótica ciudad donde no hay demasiado que ver, nada especial.

De camino a la frontera la carretera te deja paisajes impresionantes, vas entre curvas y en puros barrancos... imposible captar con la cámara...

   Antes de cruzar la frontera paramos en Ipiales para visitar el Santuario de Las Lajas, algo impresionante, imperial, sobre el río y en una ladera de barranco. Recomendable 100%. 

     Y sin más cerramos nuestro paso por Colombia, un país con mucho que ofrecer, sitios únicos y muy agradecidos con su gente, seguros en todo momento. Nos vamos con ganas de ver mucho más, pero el tiempo apremia y nos quedan muchos países por delante.

   ECUADOR

     Enseguida nos ponemos en marcha hacia Ibarra haciendo autostop, como venimos haciendo desde Medellín, y ahí conocemos a Marco que nos convence para quedarnos una noche en su casa, en Huaca, y cenar cuy asado, según él el mejor del país. 

     Nos acoge como de toda la vida, nos lleva a montar a caballo, bebemos leche recién ordeñada de sus vacas... En fin, una suerte habernos topado con él. 

    Tras Huaca llegamos a Cotacachi, previa parada en la laguna de Yahuarcocha e Ibarra. Cotacachi es un pequeño pueblo donde se encuentra la laguna de Cuicocha, preciosa y con sus dos islotes en el centro. El pueblo ofrece artesanías de cuero y poco más. 

Laguna Yahuarcocha

Laguna Cuicocha

      A la mañana siguiente nos vamos a Otavalo. En la Plaza del Poncho, la más frecuentada, hay un mercadillo de artesanías permanente, está todo el año. Pero tuvimos la suerte de estar allí en sábado, que es el día grande y todos los vendedores de pueblos cercanos se  suman, convirtiéndolo en el mercado de artesanías más grande de Sudamérica. Ver para creer, calles y plazas abarrotadas de gente y puestos con todo lo vendible, animales, ropa, decoración, hamacas, etc.

Mercado de animales al otro lado de la Paramenicama

    A las afueras del pueblo está Peguche (una aldea indígena) y la catarata de Peguche, fácil de llegar a pie. Allí encontramos un parque natural gratuito y preparado para pasar unos días, con zona de acampada, piscinas naturales, puentes colgantes... Casi nos fuimos de casualidad hasta allí, pero el sitio mereció mucho la pena.