Entrada en Bolivia: Copacabana e Isla del Sol

   Dejamos atrás Perú y nuestra primera parada en Bolivia, tras un largo viaje, es Copacabana, un pequeño pueblo a orillas del Lago Titicaca. 


    Hicimos noche en Copacabana antes de cruzar a la Isla del Sol, que es nuestro principal atractivo. Se trata de un pueblo bastante turístico, en la zona del puerto te encuentras con muchos barquitos que van a las islas cercanas, lanchas, motos de agua, patines y bolas para andar sobre el agua. Además, al lado del puerto, se alza el Cerro Calvario (por su dura subida) que desde arriba ofrece unas muy buenas vistas de todo el pueblo y del Lago Titicaca.

 Puerto de Copacabana (desde el cerro)

   Además es un santuario en el que la gente local hace rituales para pedir a la virgen cuando compran algo nuevo (casa, coche,...); queman incienso, ofrecen bebidas y comida a la tierra,...



   Isla del Sol- Ponemos rumbo a la isla en un pequeño barquito, que primero nos lleva a la Isla de la Luna (breve parada) y después a la Isla del Sol.


   La isla de la Luna tiene poco que ofrecer, unas ruinas incas, donde se encuentra el Templo de las Vírgenes, y paisaje hacia el lago Titicaca.


   La isla del Sol es más grande, donde viven dos comunidades distintas. Actualmente están en conflicto porque los del sur aceptan turistas, como mejora de la economía local, pero los del norte se oponen, y debido a eso  actualmente la parte norte de la isla no es aconsejable visitarla. A pesar de esto, la isla ofrece múltiples sitios para visitar.

Vistas a la parte norte

    Nada mas pisar la isla encontramos alojamiento, tras unas escaleras matadoras con las mochilas cargadas. Nos instalamos y seguimos subiendo hasta topar con un sitio donde comer. La trucha es la especialidad de la isla, fresquita del lago y deliciosa.

Vistas desde el Mirador (Isla del Sol)

 Después de un buen almuerzo, continuamos subiendo hasta un mirador. Desde allí se observa la parte norte y sur de la isla, los nevados, el lago...

Isla de la Luna al fondo

Vista panorámica del Lago Titicaca

   Una vista espectacular. Tras disfrutar un buen rato, nos vamos hacia la parte sur, en donde se aprecian las pequeñas playas y la orografía de la isla.


   El atardecer en este lado es indescriptible, con el lago y las montañas del lado peruano y boliviano que se juntan. Por último, vemos unas pequeñas ruinas incas.


     Ya de vuelta al hostel, disfrutamos de un cielo estrellado sin contaminación lumínica y descansamos para al día siguiente poner fin a nuestra estancia y volver a Copacabana. En resumen la Isla del Sol regala autenticidad, sencillez y pura magia, una lástima que la estancia fuera tan corta.



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