Sucre y la ruta del Ché

   Sucre- Después de 12h de viaje en bus, llegamos a la capital histórica y constitucional de Bolivia. La lluvia condiciona nuestra visita, pero aún así recorremos la ciudad en busca de sus atractivos. 

Ya  se palpaba que estábamos cerca de Vallegrande

     La plaza 25 de Mayo es el punto central, al lado está el mercado, donde por apenas 1€ comes auténticas delicias. Tiene un mirador llamado La Recoleta ubicado en la plaza con el mismo nombre, que aunque no está muy elevado, se observa toda la ciudad.

La Recoleta

 Además recomiendan visitar el cementerio, y aunque suena un poco descabellado es bonito de ver. En sí la ciudad no ofrece mucho más, pero sus pequeñas calles llenas de vida le dan un toque hogareño y acogedor. 

   La ruta del Ché- Nos desplazamos hasta Vallegrande, donde se encuentra el museo que explica la vida del Ché en Bolivia, además de múltiples lugares relacionados con el comandante. Contratamos un taxi que nos lleva hasta La Higuera, el lugar exacto donde pasa sus últimos días. 

    La ruta es de algo más de dos horas por una pista de tierra que te lleva por medio de montañas, pasando por pueblos propios de la ruta del Che, con opción de trecking de varios días, que nosotros no hicimos.

   Al llegar nos sorprende un pueblo de 70 habitantes, La Higuera, en donde los únicos turistas somos nosotros. Se trata  de  un pueblo con apenas 40 casas, y por suerte, muy lejos de convertirse en un pueblo lleno de tiendas con souvenirs en referencia al Ché. Ciertamente es sorprendente que no encuentres ni un vendedor que quiera hacer negocio en un lugar tan significativo.

 Escuela y entrada del Museo

Murales que llenan la Escuelita

   Pero nos alegra. Visitamos la "Escuelita", que es donde llega herido de bala y por supuesto, bajamos hasta la quebrada del Churo (guiados por dos niños de 13 años), donde recibe el disparo. El lugar es más la leyenda, que bonito, pero merece la pena perder un día para visitarlo.

Quebrada del Churo